Miguel Mosquera Paans, escritor
Dejó escrito en sus Odas Horacio, el principal poeta lírico y satírico en lengua latina, la evocadora cita que conduce al hombre a la inmortalidad. Non omnis moriar multaque pars mei vitabit Libitinam, cuya traducción libre viene a ser “no moriré del todo, y gran parte de mí escapará a la muerte”. En su reflexión, el literato entendía que nunca se extinguiría, consciente de que su herencia perviviría, al afirmar que levantó un recuerdo más duradero que el bronce.
Cierto que al hablar de hombres, la mente viaja de inmediato a un ser humano hecho y formado, en esta acepción con independencia del género, aunque pocas veces evoca la figura de quien, siendo cronológicamente un muchacho, las circunstancias lo llevan a enfrentarse a la vida con inusual integridad y entereza, como características que se atribuyen a la madurez, más aún —como es el caso—, soportando una presión demoledora como el más curtido corredor de fondo, luchando hasta el último aliento mientras encaraba a la muerte, recorriendo una de esas tortuosas partes del camino que, por más que otros se vuelquen en acompañar, no queda otro remedio que hacerla en solitario.
Tal fue el temple del bearicense Daniel Prado Lamas, un veinteañero al que en agosto de 2016, en un estertor último y tras una pugna épica, el cáncer le arrebataba una existencia cargada de esperanzas y promesas, entregando su alma a la eternidad. Llorado por su familia y por una multitud de parientes y amigos, fue ejemplo para todos aquellos que a diario libran su batalla frente a tan terrible mal, animando incluso, bajo las más duras condiciones, a sus más que atribulados padres y hermanos. El tiempo, juez implacable, evidencia que su grandeza, más allá de todo, fue su vulnerable humanidad.
Es precisamente en aras de esa memoria y para bien del mundo que en la ourensana villa de Beariz, a iniciativa de sus más allegados, ha nacido una asociación que, perpetuando su nombre, busca dar alivio y consuelo a quienes se hallen en igual vicisitud.
La Asociación Bearicense Daniel Prado Lamas contra el cáncer infantil y juvenil, centrará su atención en tres grandes áreas. Por un lado ayudar a las familias de damnificados por el cáncer mediante terapia familiar y psicoterapia individual, facilitando y sufragando apoyo tanto a la familia como a niños y jóvenes dolientes, así como equipamientos ortopédicos.
Por otro lado la Asociación pretende ayudar a las familias desplazadas como consecuencia de asistir a un hijo aquejado que deba ser atendido lejos del domicilio, considerando el enorme esfuerzo económico que conlleva, en un intento de auxiliar a las familias afectadas en los desplazamientos, manutención, alojamiento y otras necesidades básicas.
Por último, la Asociación se ofrece a colaborar con otras entidades públicas o privadas que persiguen un fin análogo.
La Asociación, sin ánimo de lucro, está abierta a cuantas personas quieran colaborar. Actualmente desarrolla distintas actividades para recaudar fondos y, con el fin de atender a sus proyectos, invita a quien quiera asociarse con una cuota mínima anual de 12€, rellenando el impreso de alta que puede recogerse o descargarse desde la página del Aula Cemit de Beariz, devolviéndola por email, correo postal o en persona. Al socio le será entregado un carné. En los teléfonos 619 73 73 73 o al 666 58 06 30, así como en el correo asociaciondanielpradolamas@gmail.com informarán a los interesados. Se pueden aportar donaciones en la cuenta IBAN. ES67 2080 0460 5830 4000 6567
Como el señor Valiente, Daniel Prado Lamas dejó su espada a quien lo siga en la peregrinación; su coraje y destreza a quien los iguale. Sus cicatrices con él fueron como testimonio de las batallas libradas por Aquel que ahora lo recompensará. Su recuerdo será un bálsamo solidario que permitirá llevar consuelo a los corazones heridos por la enfermedad: nada hay más grande.
