Juan Lois Mosquera
Animado por algunos amigos y conocidos, en esta ocasión voy tratar de contar mis recuerdos de aquellas capillas de madera que se trasladaban de una a otra casa.
Estas capillas eran una especie de Hornacinas, en la cual se colocaba una diminuta estatua de Santo o Santa a la que estuvieran abogados (en su acepción de “interceder”). Los fieles las acogían en su casa
En su frente iba colocado un cristal que permitía ver todo el contenido de su interior. El espacio central lo ocupaba el Satno/a al cual estuviese dedicada… Estaba iluminada por dentro mediante una pequeña lamparita.
En el lateral izquierdo de su interior, pegado a la madera, se colocaba una lista con el nombre y la dirección de todas las personas o familias que componían el grupo y la tendrían en su casa, durante dos o tres días.
En su frontal parte inferior, la capilla estaba dotada de un pequeño peto, por el cual se introducían las limosnas (monedas o billetes) que el depositario de la capilla, en ese momento, estimaba oportuno aportar. La capilla de madera tenia un asa para levantarla en peso y hacer más fácil su traslado de un domicilio a otro. El ultimo que recibía la imagen, recogía el total de las limosnas y las entregaba en la parroquia…
La citada lista, normalmente, en la parte izquierda, no estaba confeccionada en orden alfabético, sino que lo estaba por la situación de las viviendas por proximidad de unas a otras.
La lista de domicilios no era muy numerosa, quizás, 20 o 30, compuesta por los vecinos de nuestro entorno.
Por las noches, durante los días en que la capilla estaba en casa, toda la familia, en el lugar más noble, en el salón, lo más frecuente, era que se le rezase un rosario u otras oraciones que se tuviesen por costumbre. Al cabo de los días estipulados para permanecer en cada domicilio, la capilla se trasladaba, generalmente al atardecer al destinatario siguiente. Como en aquella época, en O Carballiño no había ascensores en los edificios (creo recordar que el primero que se instaló, fue el del antiguo Hotel Parque que estaba situado en la carretera de Astureses.) El subir la pequeña capilla por las escaleras hasta un segundo, tercer o cuarto piso (de estos, todavía, había pocos) era un trabajo pesado que solía realizarse descansando en los rellanos de las escaleras dos o tres veces.
Como curiosidad en aquellas viviendas donde habitaban personas con cierto poder económico o fervientes católicos algunos días disponían en sus salones de 2 o 3 capillas advocadas a distintos santos o santas. Lector, en pleno siglo XXI, en que se considera a la Ciencia, en estos momentos, como el nuevo Dios, ¿verdad que nos cuesta creer e imaginar que hace muy poco, 50 años, aproximadamente, que por nuestras calles había numerosas personas trasladando pequeñas capillas religiosas de unas casas para otras.
Juan Lois Mosquera
Paola Requena y Marta Sierra María
Curriculum de Juan Lois Mosquera :
Nacido en 1942-Bachillerato por libre en Colegio Isabel La Católica. Preuniversitario Instituto Otero Pedrayo de Ourense. Estudios de Perito Industrial Electricidad en Vigo ( los actuales Ingenieros Técnicos). Actividad profesional en la multinacional Siemens-Vigo (30 años) y Redcom – Vigo (Empresa de Telecomunicaciones). Desde su jubilación en el año 2.001,reside en O Carballiño.
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