Aunque a la persona de D Juan Corral ( nacido en Dacón) ya se le han dado varios y diferentes homenajes (comida compartida con algunos de sus exalumnos en el Restaurante El Pote en el Parque Municipal) y se le ha puesto el nombre de una calle que finaliza, curiosamente, en una Plaza que lleva, también, su nombre. En esta Plaza se ha erigido, igualmente, un monumento de piedra que, en la modalidad de bajo relieve, se han esculpido los bustos de D. Juan y Doña Matilde.
El que suscribe cursó el antiguo Bachillerato por libre, (en O Carballiño, todavía, no existía Instituto alguno) examinándonos en el actual Instituto Otero Pedrayo, al lado de El Posío en Ourense (6 cursos, con 2 reválidas después de los cursos cuarto y sexto, respectivamente). Llevé a cabo esos estudios en los años de 1952 a 1959, y desde mi subjetividad y aquellas circunstancias trataré de escribir este relato.
Inicié mis estudios en el anterior local, una casa particular, que denominábamos de las Sollas, situada en la calle Calvo Sotelo y enfrente del domicilio donde vivía la Lolita Lambido (de su padre, el Lambido, heredó ese apellido). Lolita era la organista oficial de la antigua iglesia parroquial, situada en la actual calle de Cesáreo Tizón y cuyo órgano estaba en el centro de la Tribuna.
En la vivienda de Lolita Lambido, en su parte posterior y a la que se accedía, por su lado izquierdo, había un Estudio de Fotografía, INFO, cuyo dueño era D. José Benito Barato. Este fotógrafo para desplazarse por los pueblos y aldeas de la comarca utilizaba uno de los primeros coches denominados ” Biscuter”.
Y dado que no disponía de marcha atrás, cuando deseaba invertir el sentido de su desplazamiento, como estaba construido, fundamentalmente, con aluminio, dos personas lo levantaban en peso del suelo, para colocarlo en la dirección que se pretendía.
En aquellos años se celebraban, con frecuencia, Misas Cantadas y se hacia con cierta solemnidad. Acompañando a las organista, Lolita, se había formado una especie de Coro Oficial que dirigía el Pepiño do Pan y en el cual, asimismo, cantaba su esposa, Benigna y D. Juan Corral.
Ahora, a manera de versos sueltos voy ir tratando de contar algunas facetas de D. Juan
que yo conocí y, seguro, bastantes de sus exalumnos, recordarán de los mencionados años de1952 al 1958, aproximadamente.
Aunque existían y vendían en las Librerías cuadernos de caligrafía, D Juan se tomaba el gran trabajo de escribirnos, uno o dos renglones en cada hoja de nuestras libretas, una muestra para que nosotros, repitiésemos la misma en los renglones inferiores. Lo laborioso era que para cada alumno en particular, nos iba poniendo muestras diferentes, en función de los fallos anteriores que encontraba en ese tipo de deberes. Por ejemplo, si la “X” (equis) un determinado alumno la escribía defectuosa, en la muestra de ese día, D. Juan ,le escribía, naturalmente, palabras que contenían la “X “, para que fuese consiguiendo soltura al escribir esa letra.
Si otro alumno escribía con dificultad la “R“o la “Ñ”, en su libreta, le ponía palabras que contuviesen las citadas letras “R “o “Ñ”.
Como os podéis imaginar, el montón de libretas, a las que él iba poniendo sus muestras particulares y diferentes, llegaba a tener una altura de 20 o 30 centímetros, colocadas en la primera mesa corrida del Salón. Esto sucedía en el Colegio Isabel La Católica, en la década de 1950, por ello, siempre me ha llamado mucho la atención, cuando, a principios del siglo XXI, muchos Colegios de Renombre, al anunciarse en su propaganda, entre otros datos (actividades deportivas, conocimiento de la naturaleza, excursiones cercanas, etcétera). En letras de tamaño grandes, solían resaltar “Enseñanza particularizada para cada alumno “. Y yo pensaba, pero si esto de la enseñanza particularizada, ya lo venía haciendo, al menos en Caligrafía, D. Juan desde antes del año 1951, año en que yo inicie mis estudios en el Colegio Isabel la Católica
Otros muchos exalumnos de aquella época que íbamos al Colegio del Corral (nombre con el que, familiarmente, le llamábamos) recordaran que en el Salón Principal de la Primera planta, en su parte derecha, había colgado un amplio encerado y que D. Juan entre otras funciones, lo utilizaba para impartir sus clases de Latín. Gramática, o textos de Literatura. Latín que había aprendido durante se estancia en el Seminario.
Escribía en el encerado con la tiza blanca, hasta llenarlo con los temas a comentar. Era tal la perfección de la escritura en todas aquellas palabras que parecían más propias de alguien que hubiese utilizado una plantilla para haberlo hecho
A título anecdótico resaltaré, como si se tratase de un campeonato implícito, que, también, la caligrafía que Fidel, dueño del Bar- Cafetería Peñasco, usaba para escribir el nombre y resultados de los partidos de Primera División que se habían celebrado aquella tarde y escuchados por la Radio, era de un trazo exquisito. Esta información, tan esperada por sus clientes aficionados al futbol. la escribía en un tablero rectangular de pizarra, que colocaba frente a la puerta de entrada de su Bar- Cafetería.
Con mucha frecuencia venían al Colegio Isabel La Católica, distintas personas, a las cuales se les hacía pasar a la Secretaria ( situada ésta enfrente de la escalera por donde se subía al segundo piso), solicitando la colaboración de D. Juan para que tal o cual día , bien por la mañana o por la tarde fuera a cantar a algún entierro o funeral Normalmente, eran familiares de la persona fallecida, que habían venido a pedirle ese favor. En mi memoria no consta que D. Juan, jamás, se haya negado a complacerles.
Desde mi subjetividad, la generosidad que tenía D. Juan con todos los que le solicitaba su ayuda de esa faceta, (Cantar en un acto fúnebre), para mí, sin duda alguna, es uno de los recuerdos que guardo con más cariño.
Otras veces algunas personas le pedían que les escribiese algunas líneas- una especie de presentación o carta de Recomendación para entregar ante un determinado personaje que pensaban visitar próximamente. Allí mismo, en la primera mesa corrida del Salón, cercana a laTarima y al encerado, ( los pupitres estaban en la planta baja) D. Juan, de forma manuscrita sin borrador previo, en lugar de las dos líneas o frases solicitadas, casi siempre, terminaba redactando un texto que ocupaba las dos carillas de la cuartilla empleada ( de papel, un poco mas grueso que el de las hojas de las libretas escolares), ensalzando las dotes de las personas que habían recurrido a su colaboración.
Con nuestra familia, en un determinado momento, igualmente, nos participó su ayuda desinteresadamente.
En quela época, década de 1950, se decía y, a veces, desgraciadamente, algunos, casi la llevaban a la práctica, la norma o axioma siguiente “La letra con sangra entra” ( hoy, la consideraríamos una aberración).
.Cuando algún alumno llevaba a cabo ciertas travesuras, se peleaba con los compañeros o no estaba atento a sus explicaciones, D. Juan solía decirnos “es usted un badulaque”, “es usted un burro de asco, “es usted un botarate “es usted un tonto del bote”, etcétera. Alguna vez, pocas, acompañaba los epítetos citados con alguna colleja o suave golpe con la vara de castigo. Curiosamente, a los cinco minutos ya se había olvidado de insultos pronunciados y de las collejas o golpes de vara ejecutados. Incluso, esos castigos, tanto verbales como físicos, también, los realizaban con Generosidad y prácticamente, a los diez minutos. D. Juan volvía a tratarnos con el cariño de siempre.
Por cierto, en el terreno de la Filosofía, creo que hay, actualmente, un debate sobre que supuso o para qué apareció el Hombre en la Tierra. En los denominados ecosistemas, cada animal, tiene su función, la polinización que realizan las abejas, parásitos que se encargan de limpiar los pequeños bichos que molestan la piel de los elefantes, etcétera… Otros filósofos sostienen que “el hombre“apareció en la Tierra para, probablemente, dedicarse a hacer felices a sus hermanos, independientemente de su raza o color.
Algunos de esos Filósofos, que sostienen que la misión del hombre, el Jesús de los cristianos, es tratar de hacer felices a los demás. Muchos de ellos consideran que ese corto episodio ( referente a saber repartir el pan de “Los discípulos de Emaús”,( San Lucas 24.13,35) es el pasaje más importante de los Evangelios. Muy bien, podríamos encuadrar a D, Juan en esa corriente filosófica.
Sirva como ejemplo paradigmático lo siguiente. Cuando algún padre o madre, preguntaba, telefónicamente, como se comportaba su hijo o hijos, D. Juan siempre se deshacía en elogios de la conducta de los mismos, con el fin de que la familia que había consultado sobre su evolución pasase unos semanas o meses de felicidad e ilusión. Aunque, luego, en junio, en los exámenes por libre en el Instituto Otero Pedrayo, suspendiese alguna asignatura.
Reitero, que de sus diferentes facetas de D. Juan, hoy quise recordar, su Generosidad, si mejor con letras mayúsculas, “ SU GENEROSIDAD” … Actualmente, aquella generosidad, es muy difícil de encontrar en esta Sociedad, tan materialista, donde el egoísmo, desgraciadamente, es el valor Imperante.
- Lector, como tú conoces, cuando una persona fallece, se le para el corazón, no tiene pulsaciones, no exhala aliento que se perciba en un espejo, no puede hablar ni moverse…
- Pero muy bien pudiera suceder que esa persona (la fallecida) conservase, todavía, la audición durante algún tiempo. Por ello, no sería descabellado pensar que, luego, donde sus almas estuviesen, seguro, que recordarían con goce, los hermosos y sentidos responsos que D. Juan Corral les cantó, con su maravillosa voz, en su funeral o entierro.
Juan Lois Mosquera
Música sugerida EL día de la Ira- Diez Irae
Nacido en 1942-Bachillerato por libre en Colegio Isabel La Católica. Preuniversitario Instituto Otero Pedrayo de Ourense. Estudios de Perito Industrial Electricidad en Vigo ( los actuales Ingenieros Técnicos). Actividad profesional en la multinacional Siemens-Vigo (30 años) y Redcom – Vigo (Empresa de Telecomunicaciones). Desde su jubilación en el año 2.001,reside en O Carballiño.
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